La Cigarra y la Hormiga

La Cigarra y la Hormiga

por Esopo

⏱️4 min3-4 añosEsfuerzoAmistad
Había una vez, en un campo lleno de sol, una cigarra muy alegre. A la cigarra le encantaba el verano. Pasaba todo el día cantando y bailando. “¡Qué buen día para una canción!”, decía feliz mientras saltaba de una hoja a otra.

Muy cerca de allí, vivía una hormiguita muy trabajadora. Mientras la cigarra cantaba, la hormiga iba y venía. Llevaba semillitas a su casa para guardarlas. ¡Un, dos, un, dos! Así caminaba con sus pasitos rápidos. Guardaba comida para cuando llegara el frío.

Un día, la cigarra vio pasar a la hormiga. Llevaba una semilla muy, muy grande. “¡Hola, amiga hormiga!”, la saludó. “¿Por qué tanto apuro? ¡Deja eso y ven a cantar conmigo!”.

La hormiguita paró un momento. “¡Hola, cigarra!”, le respondió. “Tu música es muy bonita, pero debo guardar comida. Pronto llegará el frío y no tendremos nada para merendar”.

La cigarra se rio un poquito. “¡Jajajá! ¡Pero si falta mucho para el frío!”, dijo. “¡El sol todavía calienta mucho!”. Y siguió tocando su música divertida. La hormiguita le sonrió y siguió su camino.

El tiempo pasó. El viento del otoño empezó a soplar y se llevó las hojas de los árboles. ¡Brrr, qué frío! La cigarra se abrazó a sí misma. Su barriguita hacía ruiditos de hambre. Buscó algo de comer, pero no encontró ni una miguita.

Entonces, se acordó de su buena amiga, la hormiga. “¡Claro! ¡Iré a verla!”, pensó. Caminó hasta el hormiguero y llamó a la puerta: ¡toc, toc, toc!

La hormiga abrió la puerta. Al ver a la cigarra, le dijo con una sonrisa: “¡Hola, amiga! Pasa, pasa, que mi casa está calentita”.

“Gracias, hormiga”, dijo la cigarra temblando un poquito. “Afuera hace mucho frío y no encuentro nada para comer”.

“No te preocupes”, le dijo la hormiga. “Hice sopa calentita y tengo galletas para las dos”. Mientras comían, le explicó con cariño: “¿Ves por qué guardaba comida? Primero hay que prepararse un poquito, ¡y luego se puede jugar!”.

La cigarra entendió la lección y se sintió muy agradecida. “¡Eres muy lista, amiga! El próximo verano, te ayudaré a buscar semillas. ¡Juntas seremos un gran equipo!”. La hormiga se puso muy contenta. Para celebrar su amistad, las dos bailaron al ritmo de una nueva canción.

Primero el trabajo y luego a jugar, ¡así siempre tendrás con qué disfrutar!

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