La Serpiente Blanca

La Serpiente Blanca

por Hermanos Grimm

⏱️2 min3-4 añosAmabilidadMagia
En un reino muy lejano, vivía un rey famoso por su sabiduría. Cada día, para su almuerzo, le servían un plato secreto cubierto por una tapa de plata. Un joven y curioso sirviente llamado Leo se preguntaba qué habría debajo. Un día, la curiosidad le pudo. Con mucho cuidado, levantó la tapa y vio una pequeña serpiente blanca. «Solo un trocito», pensó, y probó una pizca.

De repente, algo mágico sucedió. ¡Podía entender a los animales! Desde la ventana, escuchó a dos gorriones charlando sobre las migas de pan que habían encontrado. ¡Estaba maravillado!

Poco después, una gran tristeza llenó el palacio: la reina había perdido su anillo más querido. El rey, muy preocupado, prometió una gran recompensa a quien lo encontrara. Todos buscaron por todas partes, pero el anillo no aparecía.

Leo recordó su nuevo don y corrió al jardín. Se acercó al estanque y le preguntó a un pato que nadaba tranquilamente: «Disculpa, ¿has visto un anillo brillante por aquí?». El pato, sorprendido de que un humano le hablara, respondió: «¡Claro que sí! Brillaba tanto que pensé que era comida y me lo tragué sin querer. ¡Ya me estaba molestando un poco!». El pato abrió el pico y, con cuidado, Leo recuperó el anillo.

Corrió a devolvérselo a la reina, que saltó de alegría. El rey, asombrado, le preguntó cómo lo había encontrado. Leo le confesó su secreto sobre la serpiente blanca. El rey, en lugar de enfadarse, sonrió impresionado. «Has demostrado que no solo eres curioso, sino que tienes un corazón noble y eres amigo de los animales», le dijo. «Ese es un don mucho más valioso». Y lo nombró «Guardián Real de los Animales del Reino».

Leo pasó el resto de sus días cuidando y hablando con todas las criaturas, feliz de haber descubierto que la verdadera magia no está en un plato, sino en ser amable con los demás.

Cuentos que te pueden gustar

Descubre historias similares llenas de aventuras y enseñanzas