
La Sirenita
En el fondo del océano, vivía una sirenita muy curiosa llamada Ariel. Le encantaba coleccionar tesoros humanos y soñaba con conocer el mundo de la superficie. Un día, vio un barco y en él, a un príncipe muy alegre llamado Eric. De repente, una ola juguetona y muy grande meció el barco, y ¡plas!, el príncipe cayó al agua. Ariel, valiente y rápida, nadó para ayudarlo y lo llevó con cuidado hasta la orilla. Ariel deseaba tanto poder caminar y jugar con el príncipe que fue a ver a la Maga del Mar. "Quiero tener piernas", le dijo. La Maga, que coleccionaba canciones bonitas, le respondió: "Te daré piernas si me prestas tu hermosa voz por un tiempo". Ariel aceptó. ¡Y de repente, tuvo dos pies! En la playa, se encontró con el príncipe Eric. Aunque Ariel no podía hablar, se hicieron amigos enseguida. Juntos, jugaron en la arena, construyeron castillos y rieron mucho. Ariel era muy feliz, pero extrañaba cantar y a su familia del mar. Su padre, el Rey del Mar, vio lo feliz que era su hija en la tierra pero también cuánto echaba de menos su hogar. El Rey usó su tridente mágico y le dio un regalo maravilloso: Ariel podría tener piernas para caminar en la tierra y, cuando quisiera, volver a tener su cola de sirena para nadar en el mar. La Maga, al ver su alegría, le devolvió su voz. Así, Ariel pudo jugar con Eric en la playa y visitar a su familia en el océano, cantando feliz entre los dos mundos.
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