Los Deseos Ridículos

En una pequeña cabaña del bosque vivían el leñador Leo y su esposa Nina. Estaban cansados de tanto trabajar. Un día, un hada del bosque le dijo a Leo: 'Te concedo tres deseos. ¡Úsalos bien!'. Y desapareció. Leo corrió a casa para contárselo a Nina. '¡Tres deseos!', gritó ella feliz. Mientras pensaban qué pedir, a Leo le rugió la tripa. '¡Qué hambre! ¡Ojalá tuviera una salchicha bien grande!', dijo sin pensar. ¡PLOP! Al instante, apareció una salchicha en la mesa. Nina se enojó mucho. '¡Gastaste un deseo en una salchicha! ¡Qué tonto! ¡Ojalá se te pegara en la nariz!', gritó. ¡FLUP! La salchicha saltó y se le pegó en la nariz a Leo. ¡Qué gracioso se veía! Pero no podían quitarla. Solo les quedaba un deseo. ¿Ser ricos con una salchicha en la nariz? ¡No! Juntos pidieron su último deseo: '¡Deseamos que la salchicha desaparezca!'. ¡ZAS! La salchicha se esfumó. Ya no tenían más deseos, pero se abrazaron y rieron. Comprendieron que lo más valioso era estar juntos y aprendieron a pensar antes de hablar.